Te casas, te vas de viaje, vuelves, preguntas a tu fotógrafo por las fotos y aún no las tiene. Celebras tu primer mes de casados y sigues sin ver ni una imagen del día de tu boda. Pasan las semanas y sin novedad. Te dicen que es lo normal, que no te preocupes, lo entiendes pero estás deseando ver algo. Se cumplen seis meses desde que te casaste y es entonces cuando por fin puedes ver las primeras fotografías.
El tiempo promedio de entrega de una boda es de entre 3 y seis meses. Y que sea lo habitual no significa que deba ser así. Por lo menos yo así lo creo.
Es verdad que las fotografías de una boda no se entregan tal cual y como salen de la cámara. Pasan por un proceso de postproducción detallado que requiere de mucho tiempo. Se deben seleccionar, retocar y hacer una corrección de color para igualar todas las imágenes. Pero también es verdad que si una fotografía está bien hecha desde que se dispara la cámara, el tiempo de postproducción se reduce considerablemente.
Una buena técnica, una adecuada gestión del tiempo de postproducción y más de 200 bodas en 10 años, me han ayudado a crear un método que me permite entregar una boda cuando los novios vuelven de su luna de miel.
Desde el lunes siguiente a la boda comienzo con el proceso de postproducción. Necesito 80 horas de trabajo para seleccionar, hacer retoques y ajustes de color. Dos semanas, trabajando a tiempo completo, son suficientes para terminar las fotografías.
Como podéis ver el trabajo no termina cuando me despido el día de la boda. Las horas que vienen después son igual de intensas. Pero la recompensa es maravillosa cuando veo a los novios disfrutar de sus fotografías tan solo unos días después de la boda.
Si queréis ver mi trabajo podéis visitar mi web pinchando aquí.